lunes, 12 de abril de 2010

Muestra del célebre fotoperiodista francés Cartier-Bresson en el MoMa


El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) inauguró ayer una vasta retrospectiva de Henri Cartier-Bresson (1908-2004) titulada Henri Cartier-Bresson: The Modern Century, que incluye trescientas imágenes en blanco y negro -nunca adoptó la película a color- que abarcan toda la carrera de uno de los padres del fotoperiodismo.

La muestra se divide en trece secciones temáticas que, a su vez, se podrían englobar en tres aspectos característicos de la obra de Cartier-Bresson. Por un lado, se exhibe su trabajo como registrador fiel de las grandes civilizaciones de su época, con extensas series dedicadas a la vida cotidiana en China, la por entonces Unión Soviética, Europa, América Latina y Estados Unidos. A su vez, y ligado al anterior, otro conjunto de imágenes recorre algunos de los momentos emblemáticos del siglo XX: el funeral de Gandhi, los días posteriores a la caída del nazismo en Alemania o los previos a la llegada del ejército comunista a Pekín. Finalmente, las series
Portraits y Beauty muestran a Cartier-Bresson como uno de los mejores retratistas del siglo pasado. Fotografías de la mítica pareja Sartre-Beauvoir, los escritores Truman Capote y Albert Camus y otros grandes intelectuales de la época, reflejan la cotidianeidad presente en todos los retratos del autor: tomas espontáneas de momentos íntimos, tanto de las figuras célebres como de personas anónimas en las calles de los diversos destinos de Cartier-Bresson; en la vereda, en la biblioteca, caminando, durmiendo, provocando.

La retrospectiva, a rasgos generales, abandona la cronología y opta por las divisiones geográficas de su obra. Sin embargo, la primera sección es un recorrido por sus primeras fotos, de la década del treinta, que dejan entrever el paso del fotógrafo por el surrealismo. Imágenes de torsos apilados de maniquíes desnudos, perros apareándose o la serie sobre prostitutas mexicanas asomando sus cabezas a través de las puertas, como si fueran ganado.

Defensor acérrimo de captar el instante decisivo
à la sauvette, casi a hurtadillas y usando la cabeza, el ojo y el corazón en el momento mismo en que se desarrolla la acción, Cartier-Bresson, bautizado por algunos pares como "el ojo del siglo", abandonó la fotografía, al menos de manera profesional, en 1974 para dedicarse al dibujo, no sin antes dejar un legado fundacional para el fotoperiodismo moderno.


Recorrido virtual por la muestra en
http://moma.org/interactives/exhibitions/2010/henricartierbresson/homepage/themes.html

Por Fabiola Mieres

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